La vida por un celular
“Abel, corre, Abel, que es tu hijo el que está tirado”, le avisó el martes en la noche un vecino a Abel López Ballesteros, en el barrio Buena Esperanza. Su hijo, Abel Junior López Monroy, de 19 años, agonizaba sobre la calle tras oponerse al hurto de su celular y recibir dos disparos de un delincuente.
El joven universitario se convirtió el jueves, luego de dos días con muerte cerebral, en la quinta víctima mortal de este tipo de delito en el área metropolitana: cuatro en Barranquilla y una en Soledad. Un robo derivado en homicidio que ha conturbado a los barranquilleros y se convirtió en un campanazo de alerta para las autoridades en el comienzo de fin de año.
De acuerdo con cifras entregadas por el Fondo de Seguridad del Distrito, entre el primero de enero y el primero de octubre fueron reportados 1.014 hurtos de celulares en la ciudad. Es decir, cada mes se denunciaron en promedio 112 casos. Según la entidad, hubo una reducción del 47 por ciento, en comparación con el mismo periodo de 2015, en el cual se denunciaron 1.916.
Una cosa es; sin embargo, lo que reflejan las estadísticas y otra, lo que se percibe en las calles. William Jaimes, padre de familia del barrio La Manga, vivió el mismo jueves la angustia de ver a un hijo herido por el robo de un celular. Merly Mayoral ha padecido este año, en tres ocasiones, la zozobra de saber que su primogénito ha sido víctima del delito. Al igual que Guber Pérez Salcedo, quien pensó en su familia la noche en la que fue violentado por facinerosos.
Son voces que, como la Abel López Monterrosa, exigen soluciones de largo aliento y no momentáneas contra un problema que no distingue hora, día, estrato, localidad ni sexo.
Cifras Contrastan
El registro entregado por la Policía Metropolitana indica que entre el primero de enero y el 14 de octubre de 2015, se reportaron 594 denuncias por hurtos de celulares y en los patrullajes diarios se ha conocido de 2.222 teléfonos robados. En el mismo lapso, este año van 920 quejas penales y 1.593 dispositivos arrebatados a sus propietarios.
Lo anterior evidencia dos aspectos. Por un lado, hay un contraste entre las estadísticas de la Policía y el Fondo de Seguridad, no obstante que la información tienen fechas de corte distintos: 1 y 14 de octubre.
Ante la diferencia, desde la Policía respondieron que “cada cual” maneja cifras. “La idea es tener las mismas en tiempo real, pero aquí se manejan son los indicativos de la Policía; le mandamos información a la Alcaldía, como un consolidado de las actividades de la operatividad para que tengan conocimiento de todo lo que hace la Mebar, pero informaciones exactas se manejan acá”.
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